martes, 1 de octubre de 2013

HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA DE EMERGENCIAS Y DESASTRES

HISTORIA

La psicología en emergencias y desastres se sustenta en un amplio bagaje de investigaciones y constructos teóricos que datan desde principios del siglo XX y que han ido evolucionando desde los estudios eminentemente descriptivos e individuales hasta trabajos de corte sociológico y estadísticamente significativos hasta la propuesta de técnicas específicas de intervención, a continuación presentaremos una muy breve síntesis de algunos trabajos realizados con el único propósito de que el lector se de una idea de los diversos aportes realizados en esta nueva especialidad:

El interés por el estudio del comportamiento humano en situaciones de emergencias y desastres podemos decir que se remonta a principios de siglo con el trabajo de Eduard Stierlin (1909) de Zurique el cual investigo a 21 sobrevivientes de un accidente en una mina en 1906 y a 135 personas dos meses después del terremoto de Messina Italia en 1908.

Sin embargo el estudio que se considera pionero es del Médico psiquiatra E. Lindermann (1944) EU el cual trabajo con los sobrevivientes y sus familias de las víctimas del incendio del Club Nocturno Coconut Grove en Boston.

Su informe clínico sobre los síntomas psicológicos de los sobrevivientes se convirtió en la piedra angular para las teorizaciones subsecuentes sobre el proceso del duelo.

Fue precisamente que partiendo de estos principios que Gerald Caplan integrante también del Massachusetts General Hospital y del Harvard School of Public Health, que formulo el significado de la crisis en la vida.

Las investigaciones descriptivas van descubriendo posteriormente que las reacciones de las víctimas no son iguales durante el impacto del evento y posterior a este en este sentido Friedman y Linn (1957) EU, trabajando con los sobrevivientes del barco "Andrea Dorian" describe que al tratar con víctimas de sucesos traumáticos se debe de tener en cuenta sus diferentes respuesta a las fases de "Choque inicial" y la "Recuperación" en una situación de desastre.

Lifton Robert (1967) EU, empieza a describir la conducta que se presenta en las fases o periodos posteriores al impacto del desastre iniciando su inquietud con el estudio de los problemas psicológicos a largo plazo que se presentaron después del bombardeo atómico en Hiroshima.

La Asociación de Psiquiatría Americana (1970) publica un manual de "Primeros Auxilios Psicológicos en casos de Catástrofes" el cual es traducido y adaptado en el Perú por el Medico Psiquiatra Baltazar Caravedo, Asesor en Salud Mental de la Dirección General de Servicios Integrados de Salud del Ministerio de Salud del Perú; en el cual se describen diversos tipos de reacciones clásicas a los desastres así mismo se exponen los principios básicos que se deben de tener en cuenta para la ayuda a las personas "perturbadas emocionalmente".

El enfoque sociológico y psicosocial

Entre 1950 a 1954 el Consejo de investigación de la opinión publica realizo una investigación orientada al estudio del comportamiento humano en situaciones de desastre, entre los resultados obtenidos contra todo tipo de creencia se describe que el pánico no es la conducta típica esperada, ante esta situación el gobierno de los EU por intermedio de la Academia Nacional de Ciencias entre 1953 a 1963 realiza también un estudio similar llegando a iguales resultados.

Este enfoque no puede dejar de estar presente el nombre del Prof.Henry Quarantelli director del Disaster Research Center establecido en 1963 en la Universidad Estatal de Ohio USA.; dicho centro a realizado a lo largo de 41 años descubrimientos que proceden de más de 500 estudios de campo. Sus trabajos son fructíferos destacando una obra clásica publicada en 1959 "The Nature and Conditions of Panic"; desde esa fecha asta la actualidad no hay trabajo por el presentado en el cual no se exponga que el pánico como conducta típica de la población es una creencia generalizada, al igual que la conducta antisocial, la dependencia.

Erikson (1976) EU en su investigación realizada en la inundación de Búfalo Creek llamo "SEGUNDO DESASTRE" a las consecuencias de tipo emocional que se derivan de la desorganización social y física de una comunidad por la acción de un desastre natural.

Las investigaciones en el campo sociológico se han extendido al estudio de los grupos sobrevivientes en las primeras horas del impacto de un desastre, influidas por los trabajos del Dr. Quaranteli uno de estos estudios es la Investigación realizada en el vecindario de Analco, Guadalajara, México, en el cual se produjo una explosión de gas el 22 de Abril de 1992.

Se corroboro los hallazgos de la investigación de Norris Johnson (1987) y Baker (1960) sobre el comportamiento de la gente en situaciones extremas.....las víctimas bajo las condiciones tan difíciles como las de ser enterradas vivas, a veces en peligro inminente de muerte, continúan siendo seres sociales y los sobrevivientes se organizan en función de las redes sociales preexistentes.

Modelos de respuesta

Los primeros esfuerzos se realizan con los damnificados del Terremoto de Managua- Nicaragua en 1972, cuando un psicólogo y un psiquiatra, viajan en 1973 a Nicaragua con la finalidad de desarrollar un proyecto de salud mental para los damnificados,

En Enero de 1982 una tormenta inunda la Costa de California, originando que más de 100 familias quedaran sin hogar, al termino de varios días se puso en marcha el proyecto COPE (Counseling Ordinary People in Emergencies) que coordino los servicios de más de 100 profesionales particulares en salud mental, con los recursos de los gobiernos federal y local, trabajando durante más de un año, proporcionando asesoramiento individual y en grupo sin costo alguno para el que lo solicitara.

El 19 de Setiembre de 1985 se produjo un violento terremoto en la Ciudad de México causando la muerte de unas 5,000 personas aproximadamente, ante esta realidad la facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de México, con asesoramiento Israelí, El Instituto Mexicano de psicoanálisis y el Instituto Mexicano de seguridad Social dieron inicio a un programa de intervención en crisis con el propósito de ofrecer apoyo psicológico a las víctima y damnificados de la tragedia.

El 13 de Noviembre de 1985 del Volcán del Nevado del Ruiz hizo erupción arrasando al poblado de Armero en Colombia causando un saldo de 22,000 muertos y 5,000 heridos, en Agosto de 1986 el Ministerio de salud de Colombia con el asesoramiento de la OPS establecieron un programa de Atención Primaria en salud Mental para víctimas de desastres contando con el concurso del Dr Bruno Lima y la Dra. Raquel Cohen.

En 1989 a consecuencia del terremoto de Loma Prieta en California la Asociación de Psicología de California con el apoyo de la Asociación de Psicología Americana desarrollaron un proyecto en 1991 con la posibilidad de establecer una red nacional de psicología para dar servicios y ayuda a las víctimas y trabajadores en situaciones de desastre; esta iniciativa tubo su presentación formal con el entrenamiento de psicólogos para trabajar directamente con la Cruz roja Americana, con una certificación luego de un entrenamiento de dos días que los califica como elegibles para participar conjuntamente con la CRA en sus esfuerzos de ayuda; desde 1992 aparecen Asociaciones de Psicología en 32 estados y provincias con la participación de la APA y la CRA presidiendo los desarrollos de los planes de respuesta, cinco de esas asociaciones han programado tener un plan para desastres que permitan la movilización de una red de psicólogos para casos de desastres.

La experiencia nacional

En nuestro país el pionero en el estudio del comportamiento humano en desastres fue el Dr. Raúl Jerí quien con un grupo de médicos del Hospital central de policía se constituyó en los días subsiguientes al terremoto de Huaraz en 1970 a las zonas más afectadas por el aluvión posterior, en sus conclusiones de su trabajo investigativo "Problemas de conducta en los desastres" describe las perturbaciones psicológicas observadas en el la zona del terremoto y la importancia de tratarlas rápidamente; considiendo con los postulados de Kinston y Rosser 1974 que opinaban sobre la necesidad de llevar profesionales en salud mental rápidamente al área del desastre. 

Durante la Década de los 80 específicamente el 20 de julio de 1981 en el IPAE (Instituto Peruano de Administración de Empresas) el autor comienza a difundir los trabajos del Dr. Jerí y las recomendaciones del "Manual de Primeros auxilios Psicológicos en casos de desastres de la Asociación de Psiquiatría Americana difundidos en 1972 por la revista militar del Perú, continuándose en diferentes Instituciones, empresas y Centros Hospitalarios de Lima.

Así mismo se realizan algunas investigaciones de corte descriptivo en el terremoto de Rioja en 1991, la inundación del Río Rimac un año después en 1996, con los equipos de primera respuesta que participaron en la recuperación de los cuerpos del accidente del avión Faucett en 1996 durante el impacto del fenómeno de “El Niño” 97-98.

TÉCNICAS DE INTERVENCIÓN

La psicología de emergencias y desastres viene utilizando estrategias de intervención psicológica adaptadas para la ayuda a las víctimas en toda su amplia categorías pudiéndose mencionar algunas de ellas:

• Primeros auxilios psicológicos

• Terapia de juego para niños en albergues, escuelas o centros comunales

• Manejo psicológico del duelo en emergencias y desastres

• Técnicas de Debrifing, Defusing y desmovilización psicológica para el manejo de incidentes críticos

• Técnicas de afrontamiento del estrés para la prevención del síndrome de Bournut

• Terapia y dinámica de grupo para adultos en albergues y refugios

• Técnicas de intervención comunitaria orientadas a la recuperación de las redes de soporte social y solución    de problemas

• Estrategias psicosociales para la neutralización del rumor y el manejo eficiente de la comunicación.

PRIMEROS AUXILIOS PSICOLÓGICOS O APOYO PSICOSOCIAL FRENTE A UNA CATASTROFE

La técnica de los Primeros Auxilios Psicológicos en casos de catástrofes fue preparada por la  Asociación de Psiquiatría Americana (APA), su traducción adaptación la realizo el Dr. Baltasar Caravedo y publicado por la revista militar del Perú en 1972, sus principios continúan vigentes motivo por el cual lo presentamos en esta publicación como una técnica aleatoria o de reforzamiento a la de la primera ayuda.
Cuatro Tipos de Reacciones Frente a los Desastres:
El manual de la APA menciona que básicamente se pueden presentar cuatro tipos de respuestas individuales a los desastres:

A) Reacciones normales a los desastres:

Algunas personas son capaces de mantenerse notablemente calmadas aún en las circunstancias más extremas; sin embargo, la mayoría de nosotros empezamos a sentir los efectos del Síndrome General de Adaptación (sudoración profusa, temblores, debilidad, estados nauseosos) por un momento y la claridad del pensamiento puede ser difícil. Afortunadamente muchos de nosotros podemos recuperar nuestra compostura bastante bien. Sería engañoso clasificar como anormales estos estados naturales y transitorios.

B) Reacciones paralizantes:

Se puede esperar también encontrar personas que por un tiempo se queden paralizadas, pueden quedarse paradas o sentadas en medio del caos, como si estuvieran solas en el mundo, su mirada estará perdida, cuando se les habla no podrán responder a todo o simplemente se encogerán de hombros o pronunciarán una o dos palabras, parecen libres de reacción emocional, son incapaces de ayudarse.

C) Reacciones hiperactivas:

Estas personas pueden estallar en ráfagas de actividad, sin un propósito definido, hablarán rápidamente, bromearán en forma inadecuada y harán sugerencias y demandas inaceptables, pero de poco valor real, pasarán de un trabajo a otro y parecerán incapaces de resistir la más mínima distracción, se muestran intolerantes a cualquier idea que no sea la suya.

D) Reacciones corporales:

Algunas reacciones corporales han sido ya mencionadas como respuestas temporalmente normales, aunque estos síntomas normales son algo molestos mientras dura, generalmente no interfieren seriamente con la habilidad de la persona para llevar adelante una actividad constructiva en una situación difícil, algunas de estas reacciones, especialmente la debilidad, el temblor, el llanto, pueden no aparecer hasta después de que una persona ha enfrentado y superado efectivamente el peligro inmediato.

Las reacciones corporales mas serias pueden sin embargo incapacitar verdaderamente y es importante reconocer su significado emocional, las náuseas y el vómito son particularmente comunes, estas reacciones se deben de diferenciar de las producidas por radiaciones o contaminaciones químicas.
Otro tipo de incapacidad física es lo que técnicamente llamamos “histeria de conversión”, la persona convierte su gran ansiedad en una creencia vehemente de que alguna parte de su cuerpo ha dejado de funcionar, para todos los propósitos prácticos pueden ser incapaz de ver, oír o hablar.

Cuatro Principios Básicos de los Primeros Auxilios Psicológicos:

A) Acepte el derecho de toda persona a tener sus propios sentimientos:

No culpe o ridiculice a una persona por sentirse como lo hace, su tarea es ayudarle a superar su sentimiento, no decirle como debe sentirse. Si usted se detiene a pensar en sus propios sentimientos, se dará cuenta de cómo es imposible para los seres humanos el hacer una selección consciente de sus sentimientos más profundos.
Tenga presente que sin embargo la posición de otra persona puede ser similar a la propia, pero cada persona ha tenido ciertas experiencias únicas que pueden afectar fuertemente sus sentimientos en relación con los sucesos subsecuentes en sus vidas.
Más allá del horror y el temor que puedan sentir, las personas reaccionarán en términos de cómo esta experiencia encaja con sus ideas pasadas acerca de sí mismo y sus aspiraciones en el futuro.
Al prestar primeros auxilios psicológicos, rara vez estará usted seguro de por qué algunas personas se trastornan más que otras, su expresión, su postura, su aspecto integro puede decirle eso, aún cuando ella no le diga con palabras, permitirle a un accidentado saber que usted quiere entender como él se siente puede ser el primer paso para ayudarlo, esto puede hacerse con unas pocas palabras o aún con un simple gesto. No lo abrume con su compasión. Esto sólo le hará sentir más incomodo y confirmará sus peores temores acerca de sí mismo, haga lo indispensable para establecer contacto con él.

B) Acepte las limitaciones del accidentado como reales:

Cuando el muslo de un hombre esta destrozado, nadie espera (incluyendo el paciente) que pueda caminar por un tiempo. Cuando la capacidad del hombre para superar sus sentimientos está hecha pedazos, muchos (incluyendo el paciente) se inclinan a esperar que él vuelva a actuar normalmente, casi de inmediato. “Todo está en su mente”, “Deshágase de ello”, “Recupérese”. Tales tipos de consejos no tienen lugar en los primeros auxilios psicológicos, los sentimientos de incompetencia son reales y a menudo incapacitantes; por ello su tarea será ayudarlos a recuperarse tan efectivamente y rápidamente como puedan, esto se consigue aceptando sus limitaciones y ayudándolos a redescubrir rápidamente algunos de los recursos que ellos pueden utilizar de inmediato.

C) Mida las posibilidades del accidentado en forma tan exacta y rápida como sea posible:

Mientras usted se da cuenta de las limitaciones de una persona perturbada, usted estará atento de las habilidades y otros recursos que pueda utilizar y reavivar, una persona muy trastornada puede fácilmente hacerle olvidar que podría ser de verdadera ayuda para usted tanto como para sí mismo y que usted puede ayudarlo a iniciar el camino hacia la reorganización de su mundo. Averigüe con tacto que fue lo que sucedió, permítase responder de su propio modo.
Usted no puede dejarlo divagar interminablemente, ofrecerle un par de minutos en los cuales él pueda hablar libremente de sus propias experiencias le mitigarán notablemente algunos de sus sentimientos de desesperanza e impotencia. Averigüe si el herido se preocupa particularmente de sus familiares o amigos, dele tan honestamente como pueda una información acerca de donde, cuándo y cómo puede él razonablemente esperar tener contacto con aquellos que le son queridos.
Si él está demasiado deprimido para hablar fácilmente una exposición de lo que puede haberle sucedido (basado en su conocimiento general del desastre) puede acrecentar su confianza en usted, hasta el punto de que él pueda hablarle un poco.
Preguntas breves acerca de su ocupación normal pueden darle a usted algunas pistas sobre sus habilidades e interés básico, para muchas personas que están anonadadas emocionalmente el trabajo que pueda hacerse en forma automática y rutinaria podría ser el primer paso que los haga volver hacia la normalidad efectiva.

D) Acepte sus limitaciones al ayudar a otras personas:

No trate de ser todo para las personas, habrá mucho de lo que usted quisiera hacer en un desastre y que está mas allá de sus de sus fuerzas y habilidades. Usted no puede ser de todo para todas las victimas. Consecuentemente, usted debe establecer un orden de prioridades en su pensamiento, acerca de lo que puede permitirse acometer por sí mismo.
Su primera responsabilidad será cualquier trabajo de emergencia que le hayan asignado previamente.
Una razonable y sincera apreciación de sí mismo es parte muy importante de su preparación para prestar primeros auxilios psicológicos. Un trabajador de primeros auxilios físicamente herido puede continuar haciendo un buen trabajo curando las heridas de los accidentados. Pero sí está “emocionalmente herido” tendrá grandes limitaciones para proveer ayuda a otros.

Clasificación de las Victimas en Situaciones de Desastres:

Los autores tratan de aclarar este dilema clasificando a las víctimas en seis ampliar categorías, dependiendo de su relación directa o indirecta con el desastre, de esta manera tenemos los siguientes:
  • Víctima de 1° Grado; aquellas que sufren el impacto directo del desastre.
  • Victima de 2° Grado; los familiares directos de las de primer grado.
  • Victima de 3° Grado; los integrantes de los equipos de primeras respuestas.
  • Victima de 4° Grado; la comunidad envuelta en el desastre.
  • Victima de 5° Grado; aquellas que se ven implicada por conocer el suceso.
  • Victima de 6° Grado; aquellas que no se encontraban en el lugar del impacto del desastre por motivo de viaje.

Qué hacer y Qué No hacer durante la intervención en crisis:

A) Que hacer:

- Desarrollar el sentido de escucha-responsable. Escuchar atentamente, sintetizando brevemente los sentimientos del afectado. Hágalo sentir que usted lo entiende y comprende por lo que esta pasando, esto es la empatía.
- Ser cortés, honesto y transparente; ganarse la confianza y cooperación del afectado.
- Ser realista y objetivo.
- Favorecer la dignidad y libertad para que las víctimas trabajen en sus problemas.
- Favorecer la confianza y seguridad.
- Estar alerta sobre las oportunidades de dar énfasis a las cualidades y fuerzas de la persona.
- Aceptar el derecho de los afectados de sentirse así.
- Realice preguntas saludables y efectivas.
- Pida una retroalimentación para ver si está usted comprendiendo.

B) Reglas del NO:

- No ofrecer algo que no pueda cumplir.
- No le tenga miedo al silencio, ofrezca tiempo para pensar y sentir.
- No se sienta inútil o frustrado. Usted es importante y lo que está haciendo vale la pena.
- No muestre ansiedad ya que ésta puede ser fácilmente transmitida a los afectados.
- No ofrezca respuesta, más bien facilite la reflexión.
- No permita que el enojo u hostilidad de la persona lo afecte.
- No los presione a hablar de Dios, sea comprensivo con las creencias religiosas.
- No tenga miedo de admitir que el afectado necesita más ayuda de la que usted le pueda brindar. 
   Puede referirlo a profesionales especializados (Psicólogos)
- No permita que las personas se concentren únicamente en los aspectos negativos de la situación.
- No muestre demasiada lástima o paternalismo. Tampoco se exprese de manera autoritaria o impositiva.        Busque un punto intermedio entre estas dos posiciones.
- No espere que la victima funcione normalmente de inmediato.
- No confronte a una persona en crisis si este se va asentir amenazado.
- No insista con preguntas más allá del punto en que la persona no desea hablar.
- No trate de interpretar las motivaciones ocultas de un comportamiento.
- No moralice o sermonee.
- No intente progresar demasiado rápido en el proceso de intervención en crisis.
- No considere de manera superficial las amenazas de suicidio u homicidio.
- No aliente a alguien a hacer algo que en realidad no quiere hacer.

Principios técnicos utilizados en los Primeros Auxilios Psicológicos:

- Escucha responsable: escuchar atentamente y cuidadosamente.
- Permitir la libre expresión de la persona, en primer término.
- Transmitir la necesidad de aceptar lo ocurrido, pues ya no se puede modificar.
- En un segundo momento, realizar una conversación limitada y lo mas abierta posible. No excederse en un      “interrogatorio fiscal”.
- Realizar resúmenes periódicos de la exposición de la persona: organización del pensamiento.
- Proveer información.
- Orientar en lo necesario pero evitando los “Consejos Directivos”
- Aceptación de las personas tal y como son, respetando su dignidad y sus derechos.
- Empatía, que significa ponerse en el lugar del otro, comprender lo que le está sucediendo.
- Crear una atmósfera cálida y humana alrededor de la víctima.
- Posibilidad de desarrollar reuniones grupales con diversas personas que pasaron por lo mismo.
- Desarrollo de actividades para el manejo del estrés.

PROBLEMAS PSICOSOCIALES DE LA POBLACIÓN INFANTIL Y JUVENIL

Las reacciones postraumáticas que pueden aparecer como una manifestación normal en circunstancias anormales, tanto en los niños, jóvenes o adultos, deben ser atendidas rápidamente y oportunamente. Por el contrario, si se piensa que los niños “No sienten o no entienden” se comete un grave error que los deja expuestos a sufrimientos y temores. La explicación sencilla del origen de los fenómenos naturales ayuda a los niños a entender y manejar de una manera más racional sus angustias.
Los maestros, trabajadores de atención primaria en salud, agentes comunitarios y las familias pueden ser adecuadamente capacitados para reconocer este tipo de problemas en los niños, identificando las reacciones normales y diferenciándolas de las patológicas.

Problemas psicosociales que pueden ser manejados, por lo general, en el ámbito familiar y
comunitario:

- Pesadillas.
- Mojar la cama.
- Ansiedad, miedo, fobias.
- Agresividad, problemas disciplinarios.
- Tristeza o nostalgia.
- Mal desempeño en la escuela.
- Enfermedades, dolores psicosomáticos (dolores causados por factores emocionales)
- Falta de concentración, hiperactividad.
- Exagerado apego a los adultos.
- Comportamientos regresivos, pérdida de nuevas habilidades.

Problemas psicosociales que debe ser tratados por profesionales:

- Severos trastornos de tipo psíquicos que se mantienen por más de un mes.
- Llora constantemente y se siente profundamente triste.
- No quiere comer y cada vez está más delgado.
- Se presenta cansado y quiere permanecer en cama todo el tiempo.
- No puede dormir en las noches, aumento del período de alerta.
- Se encuentra desesperado y habla sobre cómo acabar su vida.
- Esta seriamente herido y con deficiencias físicas.
- Dependencia del alcohol o drogas.
- Hiperactividad con baja tolerancia a la frustración.
- Total desinterés por actividades agradables.
- Se presenta extremadamente nervioso.

 LA INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN EMERGENCIAS Y DESASTRES: LA FOCALIZACIÓN ANTAGÓNICA COMO TÉCNICA ESPECÍFICA
(Javier Rodríguez Escobar)

 En el Informe Mundial sobre desastres de 1999, elaborado por la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y Media Luna Roja, se advierte que los fenómenos naturales amenazan cada vez más a la humanidad, dice textualmente "nunca antes el mundo estuvo tan expuesto a tal riesgo... Los cambios graduales de las medias de temperatura, así como del nivel del mar y las precipitaciones, provocarán cambios radicales, en cuanto a los riesgos de fenómenos climáticos, devastadores por su extrema violencia".
Las zonas costeras se exponen a inundaciones, porque debido al aumento  de la temperatura de los océanos crecen y se expanden; al mismo tiempo aumenta la población que se afinca en zonas costeras. El calentamiento del planeta intensifica las tormentas y precipitaciones, destruyendo puentes, represas, diques y canalizaciones.

En el último decenio los desastres naturales se triplicaron, y el costo que implican se ha multiplicado por nueve y las ciudades, que albergan a la mayoría de la población, se encuentran en las zonas más expuestas a desastres naturales.

 El informe de la Cruz Roja se ve confirmado por el informe " Impacto económico y social de los riesgos geológicos en España" que elaboró en 1987 el Instituto Geológico y Minero de España, dependiente del Ministerio de Interior. Este informe analiza los riesgos para el periodo 1986-2016, en este informe se puede observar como Andalucía resulta la Comunidad Autónoma de mayor riesgo, con un 51.0% de riesgo de inundaciones, y unas perdidas estimadas de 562.925.475.199  pesetas. El total de las pérdidas en esta comunidad, por riesgo geológico, se eleva a 1.118.276.417. 462 Ptas. y el cálculo de las perdidas de vidas humanas se eleva de 6.100 a 31.200 en la hipótesis de riesgo máximo y de 130 a 230 en la hipótesis de riesgo medio

Si las previsiones para los desastres naturales no son muy optimistas, tampoco los son para accidentes tecnológicos, el número de muertos y afectados por accidentes relacionados con los medios de transportes también ha ido en aumento.

Cabría preguntarse qué necesidad existe de intervención psicológica en desastres, en estas situaciones se tiende más a pensar en la vida humana y los daños materiales, pero nosotros pensamos que la atención psicológica es imprescindible en los afectados por un desastre, y presenta las siguientes ventajas:
1.      Gran cantidad de estudios ponen de manifiesto que la atención primaria reduce de forma significativa los costos que tiene que asumir la Seguridad Social por el impacto traumático en un sujeto, ya que después de atenderse en situaciones críticas se reducen los síntomas y trastornos que suelen requerir atención psicológica posterior, trastornos que en un alto porcentaje se cronifican
2.      Cuando se produce un desastre los sujetos suelen tener una reacción agresiva ante la institución o empresa que consideran responsable del mismo, se busca a alguien sobre el que descargar la agresividad. Esto suele provocar un deterioro en la imagen de la institución o de la empresa que produce un perjuicio a medio y largo plazo: pérdida de apoyo a los representantes políticos, disminución de la utilización de servicios de una determinada empresa, reclamaciones económicas, etc. Una adecuada intervención psicológica consigue que el efecto sea justamente el contrario, la entidad sobre la que se descargaba la agresividad se transforma en protectora al ocuparse de sus necesidades psicológicas y la propia intervención ayuda al sujeto a asumir su agresión y no proyectarla hacia el exterior
3.      La situación que se origina en estos eventos hace imprescindible la organización de todas las personas que se desplazan para colaborar, al mismo tiempo, la alta carga afectiva que implica dichas situaciones supone una seria dificultad para poder organizar a todas las personas. Nuestra Unidad de Desastres está preparada y  especializada en técnicas de intervención  para poder organizar de forma correcta y adecuada en estas situaciones, haciendo más eficaz la ayuda que se presta
4.      Los propios equipos de rescate sufren un impacto psicológico, debido a la tensión de la situación, al agotamiento, la dificultad del trabajo, etc. que disminuye su eficacia. Una intervención con técnicas intensivas, individuales o de grupo, mientras se colabora con ellos en las tareas que realizan,  aumenta de forma considerable la eficacia de su actuación y evita problemas  y los trastornos psicológicos posteriores, tal y como pone de manifiesto el Informe sobre desastres de 1998
5.      Los trastornos psicológicos que se producen como consecuencia de los desastres se traducen en pérdidas económicas para el estado y las empresas privadas por la pérdida de rendimiento en los puestos de trabajo. Evitando la aparición de estos trastornos se evita la inútil perdida de millones de pesetas.
6.      Las consecuencias psicológicas de los desastres tiene un efecto que aumenta en escala creciente, ya que no solo abarca a los afectados y familiares, sino a todas las personas que se relacionan con ellos.


Por todo ello se pone de manifiesto que cada vez será más necesaria la presencia de equipos de intervención en desastres. Cuando se produce un desastre estas necesidades se suelen cubrir con voluntariado, pero su preparación y experiencia resultan insuficientes para responder adecuadamente en estas situaciones y la buena voluntad nunca puede suplir a la formación especializada y al entrenamiento. Los voluntarios, no solo no pueden prestar la ayuda necesaria, sino que se sufren trastornos psicológicos como consecuencia del impacto afectivo, así lo confirman los estudios publicados por la revista del Colegio Oficial de Psicólogos (Papeles del Psicólogo, Nº 68,1997).

Uno de los principales problemas que existen en la intervención en desastres es que no se cuenta con una técnica específica para abordar psicoterapéuticamente estas situaciones, con lo que los psicólogos que acuden intentan prestar apoyo a los afectados, para ayudarlos a “sobrellevar” la situación. Por otra parte tampoco se cuenta con articulaciones teóricas que expliquen que ocurre en el psiquismo de una persona que es afectada por un desastre, lo que solemos encontrar está basado solo y exclusivamente en el concepto de stress post-traumático, que no es suficiente para explicar la afectación de estas situaciones.

PELÍCULA:  "LA VIDA ES BELLA"



Esta película nos da un mensaje positivo. Como nos enseña el  protagonista Guido, que vivía con su familia en una época de guerra, donde tuvieron que afrontar el maltrato y discriminación, donde por medio de una forma graciosa le da a entender a su hijo que todo es un juego y solo de manera positiva se gana, entonces le trasmite a Josue  que a pesar de las situaciones problemáticas que se vive , no podemos dejar de ver lo hermoso de la vida, sin importar lo duro que pueda ser el camino, siempre debemos ver y seguir la luz de la esperanza y enseñar a la familia que hay solución para todo. También esta película nos enseña sobre la resiliencia, que podemos desarrollar ante emergencias o desastres, sacando el lado positivo de las situaciones adversas, buscando desarrollar    nuestras capacidades y habilidades (creatividad, razón, imaginación, etc).

FUENTES: 

www.unincca.edu.co/permanencia/primerosauxilios/.../texto1.pdf


1 comentario:

  1. Es fundamental que un equipo de respuesta psicosocial identifique las necesidades psicológicas, active redes de respuesta y apoyo social en coordinación con otros profesionales como los pertenecientes a los equipos de salud física,mental y con los servicios sociales y nosotros como psicólogos estamos comprometidos a esta labor tan bondadosa.

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